Entre mis iconos decorativos (¡que son muchos!), uno que todavía no he conseguido es la mítica lámpara francesa Jielde. Estoy enamorado de la elegancia intemporal de esta luminaria de estilo industrial, de su aparente fragilidad, de sus engarces únicos...

Un poco de historia: La primera lámpara Jielde fue creada en 1950 por Jean Louis Domecq, un diseñador, con sede en Lyon, que estaba un tanto frustrado por la escasez de lámparas de trabajo que realmente funcionaran bien en el mercado. Así que se propuso crear la lámpara de trabajo más funcional del mundo, con el resultado de que, al final, creó algo que no era solo funcional, sino también hermoso. En 2006, JIELDE presentó la colección de Jielde para el hogar, que incluía lámparas de menor escala, en una amplia gama de acabados.

Pues bien, dentro de esa colección, acabo de enterarme de que la firma Horne, en colaboración con Remodelista, han lanzado una edición especial de la Jielde de sobremesa, con acabado en color bronce, que es una auténtica preciosidad.

¡La quiero ya! 

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