Aunque parezca contradictorio, el estilo industrial, en general (erróneamente) asociado a la decoración masculina, puede ser delicado y muy femenino, como demuestra la vivienda en Estocolmo de la ilustradora sueca Sara N. Bergman. El apartamento, que también hace las veces de estudio, de la artista cumple a rajatabla las características de la decoración industrial: paredes (y en este caso también techos) de ladrillo visto, suelo de cemento, instalaciones electricas a la vista, etc., así como todo tipo de piezas de mobiliario industrial (sillas y estanterías metálicas, taquillas de fábrica, grandes focos, etc.)

Sin embargo, todos estos elementos canónicos del más puro industrial, aparecen "suavizados" por la incorporación del color blanco (muy nórdico, por otra parte) tanto en algunos muebles (la cocina, algunos archivadores...) como, sobre todo, en la carpintería metálica de las ventanas o en las baldosas (tipo metro) que revisten casi la totalidad de las paredes hasta media altura. Todo ello con la clara intención de "feminizar" la pretendida rudeza del estilo industrial y de dar un cierto toque nórdico.

El resultado es espectacular, ¿no os parece?

Procedencia de las imágenes: Residence


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